![]() |
MONARQUIA – REPÚBLICA
Por Ignacio Mª Domínguez
Una vez más me ha sorprendido el
valioso hallazgo, en la biblioteca que heredé de mi padre, de un libro editado
en Madrid (Luz y Vida S.A.) en 1935 y que lleva por título “POR QUE SOMOS
REVISIONISTAS” ( Los católicos
frente a la Constitución de la República Española de 9 de Diciembre de
1931) Autor: César Moro – Pbro.
Licenciado en Derecho Canónico.
La simple lectura de la carátula
cobra la máxima actualidad dadas las amargas circunstancias familiares que,
como es sabido, afligen en estos momentos a la Corona. Las irresponsables
declaraciones de algunos políticos que vienen apareciendo en los medios y la
exhibición pública de ciertos símbolos (banderas) junto a otras agresiones
dirigidas en sus viajes a los Reyes, parecen encaminadas a propiciar el
establecimiento de otra forma de gobierno, o sea, repetir aquella 2ª República,
cuya cámara aprobó, por mayoría, el día 9 de Diciembre de 1931, una
Constitución sectaria y anticatólica.
En su libro nuestro Don César,
con una argumentación muy bien fundamentada, dada su condición de canonista,
impugna uno por uno los 14 artículos de esa Constitución que no respeta la
libertad religiosa ni el reconocimiento de los derechos esenciales de la
iglesia.
A guisa de prólogo escribe: “No
habría pasado un mes de la proclamación de la República y la Gaceta de Madrid
empezó a plagarse de disposiciones ministeriales persecutorias de la iglesia y
de la conciencia católica: Libertad de cultos, secularización de los cementerios,
supresión de la enseñanza de religión y de los crucifijos en las escuelas,
prohibición a los gobernadores y al ejército tomar parte en actos religiosos,
etc,etc.
Pronto aparecieron los frutos
siniestros de estas disposiciones envenenando a las masas que – sigue el autor-
“alentadas por la impunidad más absoluta y a veces con la complicidad de las
autoridades, perpetraron las más incalificables salvajadas, crímenes y
atropellos contra las personas y sentimientos religiosos que culminaron en
aquellas jornadas trágicas del mes de Mayo en que la furia incendiaria de la
plebe envilecida, entregó a las llamas
54 templos y conventos y saqueó otros 76 en todas España, convirtiendo en
espantable montón de cenizas y escombros obras maestras de la arquitectura, esculturas
de las más hermosas, lienzos y cuadros del más alto valor histórico y
artístico…”
Varios
historiadores de prestigio afirman que estas conductas enfrentando a los
ciudadanos provocaron la terrible guerra civil y en reciente entrevista a Don
Carlos Robles Piquer (La Gaceta, 18 de marzo) con motivo de la aparición de su libro
“Memorias de las cuatros Españas” (República, Guerra, Franquismo y Democracia)
este manifiesta: “ La República fue una calamidad y una catástrofe. Estuvo
dirigida por gente poco responsable en su conjunto hasta el punto de que
fue incapaz de sostener la paz, la estabilidad y el orden público lo cual llevó
a gran parte de la población española de 1936 a desear acabar con aquello que
desencadenaría la Guerra Civil. La República se encargó de dar razones más que
suficientes a los que estaban de acuerdo con la guerra”.
Si, como afirma Cicerón, Historia est Magistra Vitae et testis
temporum, cabe concluir que, dada la idiosincrasia de nuestro pueblo no resulta
la República como la mejor forma de gobierno para España .
Y respecto al autor de este
libro, Don César Moro pienso que, dados
sus vínculos civitatense y mirobrigense,
merecería una amplia biografía de su trayectoria vital, para la que no poseo
suficiente documentación. Me limitaré, por tanto a recordar, en un próximo
artículo al celoso Párroco de Cerralbo, al Docto Profesor, al Canónigo de
nuestra Catedral y al entusiasta consiliario de aquella nuestra, ya lejana, juventud masculina de A.C. de los años 40 y
su misión posterior en México.
CODA. Redactado ya este artículo
aparece en televisión el Rey saliendo de la clínica donde ha sido operado de la
cadera fracturada durante su última jornada cinegética en un país lejano. Y
hace una declaración graciosa (toda vez que la persona del Rey es inviolable,
blindada por el artículo 56 de la Constitución) pidiendo perdón por su
equivocación, declaración que gran parte de la sociedad ha considerado
ejemplar. Pues que sigan el ejemplo tantos políticos e incluso alguna
institución que relaciona, innominadamente, en un reciente y buen artículo
Carlos Herrera (ABC 20-04) y que lleva por título “Que cunda el ejemplo” . Pues
que cunda…
Asocio a esta circunstancia el
título de aquel drama de Rojas Zorrilla “Del Rey abajo ninguno” y visto el
silencio de tantos responsables para pedir perdón podríamos modificarlo, con su
permiso, para exigir “Del Rey abajo…TODOS”.
NOTA:
Este artículo ha sido publicado en La Voz de Miróbriga de Ciudad Rodrigo con fecha 27-04-2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario